Ella sube al carro apurada, sosteniendo una conversación por celular, “que hay ke pagar tal cosa”, “debemos hacer esa compra cuanto antes”, “por supuesto, el cliente esta pidiendo eso hace varios días”, notándose en su mirada algo de preocupación. Es una empresaria de éxito, dedicó toda su vida al trabajo y se siente muy orgullosa de ello.
Otra mujer sube, no duda en pedir ayuda al cobrador, “señor por favor ayúdeme a subir a mi hijo”, ella viaja con sus dos hijos, una niño de 5 y una niña de 2 años, a la cual todavía carga, sube apurada, y sin fijarse mucho en ke la combi está llena, y viajará algo incómoda para solo pagar un pasaje.
La empresaria mientras conversa por su celular, mira a la señora ke subió con sus hijos, y esboza una sonrisa, y se le nota una envidia sana por el hecho de no poder ser mamá debido a tanto trabajo, sigue con su conversación y se pierde otra vez en un mar de cuentas, pagos, clientes y negocios.
La mamá voltea y la ve, elegante, muy bien peinada, portando un sastre color rojo, uñas bien pintadas, y hablando por el ultimo celular ke salió al mercado, y piensa “¿ese será uno de esos ke hacen llamar oficina movil?”, y al verla bien arreglada, portando un mar de joyas, no puede evitar sentir una envidia sana, porke ella siempre kiso eso para ella, pero decidió ser mamá y ahora sus hijos son los dueños de su vida, no le parece para nada malo, ella es feliz con la vida ke eligió y es feliz dándole todo lo ke está a su alcance a sus hijos.
Cada una de ellas vio a su ser contrario, ese ser ke muchas veces kisiéramos ser, pero por cosas del destino, no pudimos ser, o no nos atrevemos. Esto ocurrió ayer mientras iba hacia san isidro, en una combi común y corriente, en un lugar como cualkier otro. Jamás te has puesto a pensar ¿cuantas veces te puedes haber cruzado con tu opuesto?, ese opuesto ke siempre anhelamos ser.
domingo, 18 de noviembre de 2007
Contraste Combi
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